Fecha: 12/01/2016 @ 11:57:34 am
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Por Pastor Santos Rodriguez Sellas
Pastor del Ministerio La Cueva de Adulam
Establecer relaciones de pacto demanda compromiso, voluntad y propósito del corazón. Todos formamos parte del mismo cuerpo ministerial, por lo tanto, tenemos la obligación de trabajar juntos para la gloria de Dios. Cuando entendemos la importancia de la unidad en el equipo del que somos parte, para alcanzar metas en conjunto, seremos efectivos. El individualismo busca reconocimiento personal, pero el trabajo en equipo logra conseguir logros que trascienden. Cada integrante del equipo debe conocer su lugar y responsabilidad en la labor ministerial, delegada a cada cual según su carácter, talentos y dones. Damos por enterado, que si está en el equipo ministerial es porque su fidelidad ya ha a sido probada.
Para tener relaciones saludables varios elementos tienen que estar presente:
- Estar consciente para quien trabajamos. Honrar a Dios y a nuestros pastores. La disposición de agradar a Dios estará por encima de cualquier diferencia que exista con otros miembros de los equipos donde uno se desempeña.
- Para crecer en el ministerio se debe prepararse primero, conscientes de lo que se espera. Poner personas sin preparación en el ministerio crean conflictos. Establecer perfiles de trabajo por escrito es ideal para que nadie esté confundido o desubicado.
- Se debe crecer de la fidelidad a la lealtad.
- Respetar los niveles de autoridad.
- Reconocer los límites, prerrogativas y derechos (privilegios) de cada uno.
- Desear que todos luzcan bien.
- Tener voluntad para resolver crisis sin causar daños a terceros. Saber pedir perdón sinceramente cuando ofendemos a otros. El perdón debe compensar el daño infligido.
- Evitar prestarse a ser portavoz de los rebeldes.
- Canalizar de forma honesta y digna las aspiraciones ministeriales y el llamado. Recuerda que tienes una autoridad delegada y no la puedes usar para ventaja personal. Si tienes que salir del lugar en que estás por diferencias personales, no hagas daño a la obra. Sal por la puerta del frente como hijo agradecido. El desagradecido siempre partirá echando veneno por la boca. El poder o la fuerza usada de manera equivocada, lo que causa es destrucción.
- Respetar al hermano y protegerlo de cualquier peligro.
- Invertir tiempo para conocer las necesidades del resto del equipo.
- Proveer reuniones frecuentes de enseñanza para ayudar a prevenir peligros, que pueden estar asechando a la congregación. Es mejor prevenir los conflictos que reaccionar a ellos.
- Procurar que sean hijos de la vision y que corran con ella.
- Evitar tener motivaciones ocultas. Se debe de reconocer los objetivos del corazón cuando se trabaja.
- Desarrollar líderes que reconozcan la labor pastoral, y que puedan suplir sus necesidades financieras y emocionales de acuerdo a la realidad de cada iglesia.
- Evitar aceptar mensajes por medio de terceros; la relación debe ser personal.
- Aprender a escuchar antes de asumir un juicio.
- Poder render cuentas y estar dispuesto a pedir explicaciones, es lo que se propicia en una relación de pacto .
- Estar presto para procurer una capacitación constante.
- Sacar tiempo de oración para interceder los unos por los otros.
- Recordar que la confianza se gana.
- Valorizar el trabajo de otros y ser agradecido.
- Procurar tener protección, depósito y corrección.
Ahora es nuestro deber autoevaluarnos para ver si estamos dispuestos a demostrar lealtad los unos con los otros; y de la major manera que se logra es estableciendo relaciones de pacto. |